Beneficios de la actividad física infantil
Nuestro ritmo de vida hace que en ocasiones pasemos demasiado tiempo sentados o acostados delante de una pantalla y nos perdamos los beneficios de la actividad física.
También los niños se ven afectados por este modo de vida, tantas horas delante de la televisión o en el colegio, aunque afortunadamente en la escuela es de los lugares donde más actividad física realizan.
Ese deporte y esos juegos practicados en la escuela deberían extenderse a otros momentos del día.
No sólo los fines de semana que es cuando generalmente los padres podemos estar más tiempo con ellos, sino cada día, solos, con nosotros, con otros niños.
El deporte o la actividad física ha de ser practicada como un juego, de forma individual o en grupo, jugando con los compañeros y de un modo habitual.
Destacamos diez beneficios de la actividad física infantil
Si logramos que los niños estén en movimiento, al tiempo que se divierten les llegan numerosos beneficios.
Las ventajas de practicar ejercicio son tanto físicas como emocionales, son conocidas y has sido avaladas por numerosos estudios a lo largo de la historia.
Que nos recuerdan que nuestros hijos deben hacer deporte.
• El niño se relaciona con sus semejantes, otros niños o adultos, comprendiendo las reglas del juego y experimentando. Se hace más colaborador y menos individual, reconociendo y respetando a sus semejantes.
• El niño aprende (a veces poco a poco) a superar la timidez, y amplían sus mecanismos de relación social y la seguridad y confianza en sí mismo.
• En el deporte en grupo el niño aprende a adquirir responsabilidades y a cooperar.
• La actividad física puede frenar los impulsos excesivos de los niños que aún no saben controlar el exceso de nervios o de energía.
• Produce una mejora y un aumento de las posibilidades motoras del niño, movimientos coordinados, fuerza.
• La actividad física contribuye a una adecuada maduración del sistema muscular y esquelético. Huesos y músculos fuertes son la base para un crecimiento adecuado.
• Potencia la creación de hábitos saludables, desde la propia práctica del ejercicio a una alimentación sana o una adecuada higiene corporal, cuestiones a las que los padres debemos contribuir con nuestro ejemplo y enseñanzas.
• Junto a una dieta equilibrada, el ejercicio contribuye a la regulación del peso corporal, evitando la obesidad, uno de los mayores males de la infancia de nuestro tiempo.
• El ejercicio también mejora las funciones cardiovasculares. Por ello contribuye a prevenir determinadas enfermedades degenerativas como la arteriosclerosis, estrechamente relacionada con las enfermedades cardiovasculares.
• Y, tal vez lo más importante para el propio niño, que le anime a seguir practicando ejercicio, es que el niño se divierte al considerar la actividad física o el deporte como un juego, en el que la competición y las exigencias están en un nivel inferior al disfrute.
Desde que son bebés los padres podemos favorecer la actividad física (lógicamente limitada y con nuestra ayuda al principio).
Conforme crezcan nuestros hijos podemos animarles y acompañarles en sus primeras actividades físicas, desde gatear a aprender a dar saltos, pasando después a ampliar el campo de juego junto a nosotros y otros niños.
Finalmente estarán preparados para el juego en grupo sin la intervención de los adultos, pero a esto sólo se llega si cumplimos los pasos previos.
Y, en cualquier caso, jugar con ellos, sean lo mayores que sean, siempre es una experiencia positiva para todos y un modo delicioso, divertido y sano de pasar tiempo en familia.
Vía BYM
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Categoría: Salud y Bienestar