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Cómo hacer versiones saludables de las comidas que tus hijos aman

Modificar recetas tradicionales para que sean más saludables no significa renunciar al sabor ni a la identidad culinaria familiar. En la infancia, donde se forman preferencias y hábitos duraderos, pequeños cambios en azúcares, grasas, sal, cereales y bebidas pueden marcar una gran diferencia. 

 

Las guías internacionales coinciden en priorizar alimentos mínimamente procesados, limitar azúcares añadidos, sodio y grasas saturadas, y favorecer granos integrales, verduras, frutas, leguminosas y aceites vegetales. Estas pautas son aplicables tanto en platillos cotidianos (sopas, guisos, tacos, tortitas) como en antojos y postres.

 

 

Cereales y harinas: del “blanco” a lo integral 

 

Una de las sustituciones más efectivas es cambiar refinados por integrales: tortillas y panes 100% integrales, arroz integral o mezclas (mitad y mitad al principio), pasta integral y granos como avena, amaranto o quinoa en sopas y tortitas. Esta transición incrementa fibra, micronutrientes y saciedad con mínimos cambios de técnica culinaria. Las guías recomiendan que, al menos, la mitad de los cereales sean integrales.

 

En chilaquiles o enchiladas, usa tortillas integrales (horneadas en lugar de fritas) para lograr crocancia sin exceso de grasa; en albóndigas o tortitas, sustituye pan molido refinado por avena molida o migas de pan integral; en “arroz rojo”, combina arroz integral con más verduras salteadas para mantener color y volumen. Estos cambios respaldan los beneficios metabólicos de los granos integrales sin perder el perfil de sabor.

 

 

De la manteca y la mantequilla a los aceites vegetales

Reducir grasas saturadas y reemplazarlas por grasas insaturadas (aceites de canola, oliva, maíz, soya o cártamo; además de nueces y semillas) mejora el perfil lipídico y la salud cardiovascular, también en la infancia.

Para cocinar, prueba saltear con aceite vegetal en vez de manteca o mantequilla, y en salsas o cremas usa yogurt natural o leche evaporada en vez de crema espesa. La American Heart Association sugiere priorizar aceites vegetales “no tropicales” y limitar la grasa saturada; investigaciones recientes refuerzan que sustituir mantequilla por aceites vegetales se asocia con menor riesgo de mortalidad por causas cardiovasculares y cáncer.

 

Sal y sodio: más hierbas y cítricos

La mayor parte del sodio proviene de productos industriales (embutidos, sazonadores, sopas en polvo, aderezos). Cocinar en casa y usar hierbas, especias, ajo, cebolla, chiles y toques de limón o vinagre permite reducir sal sin perder sabor. 

La OMS y centros académicos recomiendan elegir versiones bajas en sodio, evitar agregar sal por costumbre y preferir técnicas que realzan sabor (sellar, asar, hornear) antes que cubrir con salsas saladas. Al preparar caldos, enchiladas o guisos, empieza por la mitad de la sal habitual, añade cítricos o especias y prueba al final: suele bastar. Si usas enlatados (ej. elote o jitomate), enjuagarlos en agua reduce sodio; lo mismo con rajas o nopales en conserva antes de guisarlos. 

 

Proteínas y cárnicos procesados

Los procesados cárnicos (salchichas, jamón, tocino) aportan sodio y nitritos; reducir su frecuencia y porciones y, cuando se usen, elegir versiones con menos sodio, es una mejora inmediata. Para tortas, sincronizadas o desayunos, sustituir embutidos por frijoles “de la olla”, pollo deshebrado, huevo o atún en agua baja el sodio y aumenta fibra y nutrientes. 

Las recomendaciones de prevención del cáncer insisten en limitar carnes procesadas a favor de leguminosas y carnes magras, mientras que la AHA sugiere incluir pescado con regularidad y evitar frituras comerciales.

 

Azúcares: menos dulzor, más sabor real

La Organización Mundial de la Salud recomienda que los “azúcares libres” (los añadidos y los de jugos, mieles y jarabes) no superen el 10% de la energía diaria y, si es posible, bajen al 5% para beneficios adicionales.

En niños, cumplir con este margen reduce el riesgo de caries y de ganancia de peso excesiva. Traducido a la cocina, esto implica dos tácticas: 

  • usar la fruta entera como fuente de dulzor y textura (trozos de mango o plátano en lugar de jarabes).
  • potenciar el sabor con canela, vainilla, ralladura de cítricos o cacao puro, en vez de añadir más azúcar.

Con los jugos, la evidencia pediátrica es clara: en menores de un año no se recomiendan y, en edades posteriores, deben limitarse y nunca desplazar a la fruta entera ni al agua. Si aparecían en desayunos o loncheras, sustituirlos por agua o por fruta fresca dentro del platillo principal baja el pico de azúcar y suma fibra.

 

Conclusión

La cocina familiar representa un espacio privilegiado para transformar los hábitos alimentarios de los niños, pues es ahí donde se transmiten no solo los sabores, sino también los valores culturales y afectivos ligados a la alimentación.

Modificar una receta no significa perder la esencia de nuestras tradiciones, sino adaptarlas a los conocimientos actuales sobre nutrición y salud. Cuando los adultos incorporan pequeñas mejoras, como disminuir el uso de azúcar y sal, sustituir harinas refinadas por integrales o emplear aceites vegetales en lugar de manteca, no solo reducen el riesgo de enfermedades a futuro, sino que enseñan a los más pequeños que comer saludable puede ser delicioso y parte natural de la vida cotidiana.

 

Bibliografía

American Academy of Pediatrics. (2017). Fruit juice in infants, children, and adolescents: Current recommendations. Pediatrics, 139(6), e20170967. https://doi.org/10.1542/peds.2017-0967 

Organización Mundial de la Salud. (s. f.). Reducción de la ingesta de sodio (sal).

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/salt-reduction

Harvard Health Publishing. (2022). Choosing heart-healthy oils for home cooking. https://www.health.harvard.edu/heart-health/choosing-heart-healthy-oils-for-home-co oking

HealthyChildren.org / AAP. (s. f.). How do I help my picky eater try more healthy foods?

https://www.healthychildren.org/English/tips-tools/ask-the-pediatrician/Pages/How-D o-I-Help-My-Picky-Eater-Try-More-Foods.aspx

Etiquetas: Alimentación, Niños

Categoría: Salud y Bienestar , Alimentación, LonchiTip

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