
Cómo organizar el regreso a clases sin perder la cabeza
El regreso a clases es una de las épocas más emocionantes y, al mismo tiempo, estresantes del año para muchas familias. Entre la compra de útiles, uniformes, la adaptación a nuevos horarios y la logística diaria, es normal que padres, madres e hijos se sientan abrumados. Sin embargo, con una planificación adecuada y estrategias prácticas, es posible vivir esta transición con mayor calma y organización.
La importancia de la planificación anticipada
Diversos especialistas en psicología infantil coinciden en que preparar a los niños con anticipación para el regreso a clases es una de las estrategias más efectivas para reducir el estrés y favorecer una adaptación positiva. El inicio de un nuevo ciclo escolar implica cambios significativos en la rutina familiar: horarios más estrictos, nuevas responsabilidades y, en muchos casos, un entorno escolar distinto. Para los niños, estos ajustes pueden generar ansiedad, inseguridad o resistencia, sobre todo si se hacen de manera abrupta.
De acuerdo con la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP, 2022), lo recomendable es introducir estos cambios de forma gradual y progresiva, para que el niño pueda adaptarse sin sentir una ruptura brusca en sus hábitos cotidianos. La anticipación no solo disminuye la ansiedad, sino que también transmite un mensaje de seguridad y confianza, ya que los pequeños perciben que hay una estructura clara y estable a su alrededor.
Recomendaciones prácticas para los padres:
- Ajustar los horarios de sueño
El sueño es un factor clave en el rendimiento escolar y en el bienestar emocional. Una o dos semanas antes del regreso a clases conviene comenzar a modificar gradualmente la hora de dormir y despertar, reduciendo el tiempo frente a pantallas por la noche y creando una rutina relajante antes de acostarse. Esto ayuda a que el cuerpo se adapte al nuevo ritmo sin que el primer día de clases resulte agotador.
- Revisar el calendario escolar en familia
Tener a la vista las fechas importantes del ciclo (inicio de clases, juntas, vacaciones, evaluaciones) permite que tanto los padres como los niños se organicen mejor. Colocar el calendario en un lugar visible, como la cocina o la sala, refuerza la idea de que la escuela es parte de la dinámica familiar y genera mayor seguridad en los pequeños.
- Organizar la lista de útiles con anticipación
Comprar útiles escolares a última hora puede ser estresante y ocasionar gastos innecesarios. Revisar la lista con tiempo, involucrar a los niños en la elección de algunos materiales y etiquetar sus pertenencias les da un sentido de responsabilidad y pertenencia. Además, evita la tensión de las prisas en los días previos al inicio del curso.
Organización del espacio de estudio en casa
Un ambiente adecuado para estudiar es fundamental para que los niños puedan concentrarse, aprender con mayor facilidad y mejorar su rendimiento académico. El lugar donde realizan sus tareas o actividades escolares influye directamente en su capacidad de atención y en la forma en que asimilan los conocimientos. De acuerdo con la UNICEF (2021), los niños rinden mejor cuando cuentan con un espacio tranquilo, bien iluminado, ordenado y libre de distracciones, ya que esto les brinda estabilidad y refuerza hábitos de responsabilidad.
Sugerencias para crear un espacio de estudio óptimo:
- Destinar un espacio fijo para hacer la tarea.
Contar con un lugar definido para estudiar, aunque sea pequeño, ayuda a los niños a asociarlo con la concentración y el trabajo escolar. No es necesario tener una habitación exclusiva; puede ser una mesa en la sala o un rincón del cuarto, siempre y cuando se use de forma constante. Esta regularidad facilita la creación de rutinas y evita que los niños pierdan tiempo buscando dónde sentarse cada día.
- Mantener el área ordenada y con materiales al alcance
Un espacio desordenado genera distracciones y resta tiempo productivo. Tener los útiles escolares organizados en cajas, estuches o cajones facilita que los niños encuentren lo que necesitan sin frustraciones. Además, involucrarlos en la organización de su lugar de estudio fomenta la autonomía y la responsabilidad.
- Evitar ruidos excesivos y dispositivos innecesarios
La televisión encendida, la música alta o el uso de dispositivos electrónicos que no están relacionados con la tarea son factores que dispersan la atención. Lo recomendable es que el niño estudie en un entorno silencioso o con un ruido ambiental controlado (como música instrumental suave, si le ayuda a concentrarse). Asimismo, es preferible mantener lejos celulares, videojuegos o cualquier objeto que pueda interrumpir su flujo de trabajo.
Alimentación y sueño: pilares del rendimiento
El rendimiento escolar de los niños está íntimamente ligado a sus hábitos de sueño y alimentación, dos pilares fundamentales para el aprendizaje y el desarrollo integral. Cuando un niño duerme bien y se alimenta de forma adecuada, su cerebro está en mejores condiciones para concentrarse, memorizar, resolver problemas y mantener la energía a lo largo del día.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS, 2021), un desayuno equilibrado es clave para el desempeño académico, ya que proporciona la energía que el cuerpo necesita tras varias horas de ayuno nocturno. Los niños que desayunan de manera adecuada suelen mostrar mejor memoria, mayor capacidad de atención y un estado de ánimo más estable en comparación con aquellos que omiten esta comida.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) recomienda que los niños en edad escolar duerman entre 9 y 11 horas diarias, ya que el sueño no solo permite descansar, sino que también favorece procesos de consolidación de la memoria, el crecimiento físico y la regulación emocional. Dormir menos horas de las necesarias puede ocasionar irritabilidad, bajo rendimiento y mayor dificultad para aprender.
Consejos prácticos para padres:
- Preparar desayunos nutritivos y balanceados
Incluir frutas frescas, cereales integrales y proteínas (como huevo, yogurt o frijoles) es ideal para dar energía sostenida durante la mañana. Evitar desayunos cargados de azúcares refinados ayuda a prevenir picos de energía seguidos de cansancio o desconcentración.
- Evitar alimentos ultraprocesados antes de dormir
Refrescos, frituras o comidas muy azucaradas en la noche pueden alterar la calidad del sueño, ya que dificultan la digestión y pueden generar hiperactividad. Lo recomendable es optar por cenas ligeras y saludables, como un sándwich integral, una sopa ligera o fruta.
- Establecer una rutina de sueño regular
Acostar y levantar a los niños a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ayuda a que su organismo regule de manera natural los ciclos de descanso. Una rutina nocturna relajante (leer un cuento, bajar la intensidad de la luz, evitar pantallas) favorece que el niño concilie el sueño con mayor facilidad.
Conclusión
El regreso a clases, aunque puede sentirse como un torbellino de actividades, gastos y ajustes de rutina, no tiene por qué convertirse en una fuente de caos y estrés. Tal como hemos visto, con organización y estrategias prácticas es posible transformar este proceso en una oportunidad para reforzar la seguridad, la autonomía y la motivación de los niños.
La anticipación juega un papel fundamental: preparar a los hijos con tiempo para los cambios de horario, revisar juntos el calendario escolar o involucrarlos en la compra de útiles son acciones sencillas que transmiten confianza y reducen la ansiedad. Del mismo modo, habilitar un espacio adecuado para estudiar, tranquilo, ordenado y libre de distracciones, fomenta la concentración y ayuda a que el aprendizaje se convierta en una experiencia más fluida y positiva.
No podemos dejar de lado la importancia de los hábitos de sueño y alimentación, que son la base del rendimiento escolar. Dormir las horas necesarias y comenzar el día con un desayuno nutritivo no solo influye en la energía física, sino también en la memoria, la concentración y la regulación emocional de los niños. Estas prácticas cotidianas, aunque parecen pequeñas, tienen un impacto directo en su desarrollo académico y personal.
Bibliografía
Universidad Nacional Autónoma de México. (2020). El impacto del estrés familiar en la salud mental infantil. Gaceta UNAM
UNICEF. (2021). El aprendizaje en el hogar: cómo apoyar a tus hijos.
Organización Mundial de la Salud. (2020). Recomendaciones sobre actividad física, sedentarismo y sueño en niños y adolescentes.
Instituto Mexicano del Seguro Social. (2021). La importancia del desayuno en el rendimiento escolar.
Etiquetas: Clases, Educacion, Escuela
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