
Consejos para niños selectivos (“picky eaters”) en cenas navideñas
La temporada navideña suele venir acompañada de cenas familiares, platillos especiales, dulces, botanas y nuevos aromas en la cocina. Para un niño exigente con la comida, un “picky eater”, estas reuniones pueden ser un reto: demasiados alimentos nuevos, exturas distintas y presión social pueden generar estrés.
Por eso es importante planear con anticipación y mantener una actitud paciente y flexible. A continuación, encontrarás estrategias prácticas para ayudar a los más pequeños a disfrutar de la comida sin que se vuelva una batalla.
¿Qué es un “picky eater”?
El término “picky eater” hace referencia a niños que rechazan ciertos alimentos, tienen pocas preferencias, se resisten a probar cosas nuevas o comen una dieta muy limitada. Este comportamiento es común en muchas familias: entre los 2 y 6 años suele aparecer selectividad por textura, sabor o apariencia.
En la mayoría de los casos, la “quisquillosidad” forma parte de un proceso normal del desarrollo, aunque si persiste en el tiempo puede llevar a deficiencias nutricionales o hábitos alimenticios estrechos.
En época decembrina, con muchos alimentos nuevos, colores, sabores y texturas, los niños selectivos pueden sentirse abrumados. Por eso, brindar un ambiente relajado, con opciones conocidas y respeto por sus tiempos, puede hacer la diferencia.
Estrategias útiles para cenas navideñas con picky eaters
1. Haz que las comidas sean en familia y sin presiones
Compartir la mesa en familia, sin distracciones como televisión o celulares, ayuda a modelar hábitos alimenticios saludables. Además, ofrece la misma comida para todos: evita preparar platillos especiales únicamente para el niño. Que vea a otros comer lo mismo puede animarlo a probar.
No lo presiones: obligar a comer o insistir muchas veces suele generar rechazo.
2. Introduce novedades gradualmente; acompañalas con lo que ya acepta
Presentar nuevos alimentos uno a uno, combinados con otros que ya le gustan puede facilitar la aceptación. A veces, puede hacer falta que pruebe un alimento repetidas veces (incluso 8–10 veces) antes de que empiece a gustarle.
Para navidades, puedes usar “puentes”: por ejemplo, si le gusta el puré de papa, ofrecer un puré de calabaza o boniato, con sabor o textura similar, puede ser un primer paso hacia vegetales menos conocidos.
3. Haz la comida divertida, atractiva y participativa
Permite que el niño ayude en la cocina: elegir una fruta o verdura, revolver, decorar, servir su comida. Esto le da control y reduce ansiedad. Presenta los alimentos con formas, colores o combinaciones atractivas.
Ofrece variedad, texturas, colores, sabores, lo que contribuye a desarrollar una dieta más amplia y nutritiva.
4. Respeta su apetito y sus señales de hambre/saciedad
Los niños no siempre comen la misma cantidad todos los días. A veces comen poco, otras más. Eso puede ser normal. Evita usar sobornos (“si te lo comes, te doy postre”) o castigos ya que solo generan una relación poco saludable con la comida.
Ofrece cantidades pequeñas, evita saturar su plato, una porción pequeña o un platillo nuevo medio acompañado de algo conocido puede ser suficiente.
5. Crea rutinas y aprovecha la ocasión navideña como oportunidad
Establecer horarios regulares ayuda a que el niño anticipe lo que ocurrirá: cuándo vendrá la comida, qué tipo de alimentos suelen ofrecerse y, sobre todo, que no todas las comidas serán festivas o especiales.
La navidad, con su variación de platillos y aromas, puede resultar abrumadora para un picky eater. Por eso, mantener su rutina habitual durante el día, desayuno, comida y colaciones en horarios conocidos, permite que la cena especial no sea tan disruptiva y que el niño llegue con una disposición más tranquila.
Beneficios de estas prácticas en la infancia
Exponer al niño a una variedad más amplia de alimentos puede facilitar que desarrolle una relación sana con la comida, con mayor apertura a sabores, texturas y alimentos nutritivos. Evitas que la selectividad derive en deficiencias nutricionales, malos hábitos alimenticios o rechazo permanente a ciertos grupos de alimentos (verduras, frutas, legumbres).
El contexto familiar, comedores compartidos, sin distracciones, con apoyo emocional, promueve bienestar, vínculo familiar y también hábitos alimenticios saludables de largo plazo.
Conclusión
Las cenas navideñas no tienen por qué convertirse en un momento de tensión cuando en casa hay un niño “picky eater”. De hecho, estas celebraciones pueden transformarse en una oportunidad para fortalecer vínculos y crear recuerdos positivos alrededor de la mesa. La clave está en la planificación, la paciencia y, sobre todo, en la creatividad con la que se presentan y se ofrecen los alimentos.
Anticiparse a sus necesidades, desde preparar al menos un platillo que sabes que aceptará hasta mantener horarios regulares durante el día, le brinda seguridad y le ayuda a llegar a la cena más relajado. Además, cuando percibe que no existe presión para comer, que no se le obliga a probar algo nuevo y que su apetito es respetado, es más probable que se anime a explorar sabores o texturas diferentes con curiosidad en lugar de miedo.
Bibliografía
Centers for Disease Control and Prevention (CDC). (2025, marzo 10). Tips to Help Your Picky Eater. https://www.cdc.gov/nutrition/features/help-picky-eater.html
St. Jude Children’s Research Hospital. (s.f.). Guía para padres de niños quisquillosos para comer. https://www.stjude.org/content/dam/es_LA/shared/www/do-you-know-spanish/nutrition-picky-eaters-spa.pdf
Stanford Children’s Health. (2024). Tips for Helping Your Picky Eater.
https://healthier.stanfordchildrens.org/en/tips-for-helping-your-picky-eater/
Etiquetas: Alimentación, Niños, Dieta
Categoría: Salud y Bienestar
